Estudio financiado con el 7% del FNDR, y realizado en conjunto con la Seremi de Desarrollo Social, entrega información sobre los temores y anhelos de niños, adolescentes y jóvenes. Además, reflexiona sobre las políticas que se deben desarrollar para asegurar sus derechos.

Información relevante, a partir de la cual se pueden proyectar nuevas y mejores políticas públicas que aseguren el bienestar y la protección de los niños, entregó el Diagnóstico Regional sobre los derechos de la niñez, adolescencia y juventud en la Región de Valparaíso, realizado por un equipo de investigadores de la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y de la Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social y Familia.

El Diagnóstico entregó un panorama amplio respecto a la realidad de las infancias, y al mismo tiempo, datos interesantes para tener en cuenta: actualmente hay más adolescentes que niños de la primera infancia en la región; persiste una mirada adulto céntrica al momento de diseñar programas y políticas públicas en torno a la infancia; de los niños que reconocen haber sufrido algún tipo de abuso, la mayoría pertenece a las diversidades y que los adultos dejaron de ser la figura que les asegura protección. Otro punto relevante es la importancia que le dan al cuidado del medioambiente y a los animales y que piden más espacios para el juego para alejarse un rato de los dispositivos digitales.

Yesika Herrera, directora del estudio y académica de Trabajo Social, manifestó que “uno de los aspectos más relevantes es que confirma algunas apreciaciones respecto de los derechos de la niñez en la región. Establece que hay muchos temas pendientes todavía en protección y promoción de derechos y además se identificó con mucha claridad que el trabajo que tenemos que hacer es todavía muy amplio; requiere de mucho trabajo de formación, pero también de voluntades y de una dimensión política para que efectivamente se traduzcan en una política pública y en gestiones concretas a nivel regional para poder destrabar algunos nudos críticos”.

La profesora también destacó que en la región hay experiencias positivas y coherentes con la perspectiva de derecho y que los propios jóvenes han generado estrategias “para hacer frente a aquellas situaciones que identifican como problemas o que les parecen difíciles y que les afectan en términos de su experiencia más integral”.

“Los niños, niñas y jóvenes deberían poder contar, independiente de su condición social, económica y del territorio en el que les toca desarrollar su vida cotidiana, con las condiciones necesarias y suficientes para su bienestar biopsicosocial pleno”, destacó Yesika Herrera.

POLÍTICA PÚBLICA REGIONAL

El gobernador regional, Rodrigo Mundaca, valoró la información surgida del Diagnóstico: “El trabajo que ha desarrollado la Escuela de Trabajo Social es tremendamente relevante para formular una política pública regional, que dé cuenta de la necesidad de formular políticas de protección hacia los niños, niñas y adolescentes”.

Mundaca también señaló que le parece muy importante “lo declarativo de este diagnóstico, cuando se habla de las políticas adulto céntricas que se han desarrollado sin contar con la opinión de los niños, cuando se señala cuáles son los temores de vivir en viviendas fragilizadas, sin servicios básicos y cuando hablan de vivir en territorios libres de contaminación”.

Por su parte, la seremi de Desarrollo Social, Claudia Espinoza, destacó que “además de ser una herramienta que permite generar un piso para la planificación de los diversos organismos públicos, pero también privados; tiene relevancia por la diversidad de formas de trabajo y por la participación activa y protagónica de niños y niñas en el diseño, en el análisis y en la presentación de los resultados del diagnóstico. Es una experiencia inédita, muy acorde a lo que implica la ley de garantías de derechos de niñez y, en ese sentido, la colaboración entre la universidad, el gobierno regional y nuestra secretaría ministerial es una relación virtuosa que esperemos genere una pauta y un estándar para las oficinas locales de niñez”.

El estudio fue financiado con el 7% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) 2022.

Se trata de un análisis comparado sobre el funcionamiento del sistema de cuidados en Emiratos Árabes, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica, Chile y Bolivia.

Conocer cómo funciona el sistema de protección de niños y niñas que han sido víctimas de violencia sexual es el objetivo de un estudio comparado financiado por la Oak Foundation que es liderado por la Universidad Jhons Hopkins y en el que participan seis países: Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica, Bolivia y Chile.

De nuestro país colaboran investigadores profesionales de la Universidad de Tarapacá, de la Universidad católica de la Santísima Concepción y el director de nuestra Escuela de Trabajo Social, Edgardo Toro, quien entregó detalles de la iniciativa: “La idea es analizar los factores históricos, políticos, culturales y coyunturales que prioricen o no políticas de prevención, develamiento y atención de violencia sexual infantil”.

En una primera etapa, los expertos chilenos hicieron una revisión de fuentes secundarias, analizaron la evolución política en torno a esta temática, las leyes y las investigaciones que se han realizado hasta ahora.

Según contó Edgardo Toro, el año pasado “hicimos treinta entrevistas a académicos investigadores, hacedores de política pública, dirigentes de ONG, grupos de sobrevivientes que pudieran darnos cuenta -desde su punto de vista- de cómo se da la priorización y si no la hay, cuáles son los factores que influyen; qué pasa con los recursos humanos y el presupuesto, cómo es la coordinación entre los actores, como las policías y el sistema judicial”.

Actualmente están en fase de análisis de la información reunida. Con esos datos deben confeccionar un informe con el cual se realizará el estudio comparado entre los seis países participantes y que debe estar listo el 2025. “Nos juntamos como equipo chileno para ver el análisis de campo una vez al mes para revisar lo que estamos haciendo con la dirección de los dos encargados de investigación, Jeremy Shiffman y Yusra Shawar de JHU y con los investigadores encargados de los otros equipos”, detalló Toro.

En la última cita los académicos locales presentaron el caso de Chile, cuál es el contexto y cómo ha sido la evolución. “Hicimos un pequeño reporte inicial con algunas ideas fuerza que han ido apareciendo en cuatro ejes: priorización, la capacidad del Estado, aspectos socioculturales y sobre el conocimiento”, destacó Edgardo Toro.

Textos fueron editados por los profesores de la Escuela de Trabajo Social, Sandra Iturrieta y Clément Colin y serán presentados el viernes 12 de abril en el edificio Gimpert.

Tras la pandemia y luego de pasar meses haciendo vida cotidiana, laboral y académica puertas adentro, la mayoría de las personas rápidamente se adaptó a la denominada “nueva normalidad”: retomó sus quehaceres y dejó atrás los difíciles días de encierro, sin pensar demasiado en las consecuencias que tuvo la emergencia sanitaria por Covid-19.

Frente a este escenario, los académicos de la Escuela de Trabajo Social PUCV, doctores Sandra Iturrieta y Clément Colin, creyeron necesario reflexionar sobre la manera en que la pandemia influyó en profesionales que trabajan directamente con personas, especialmente, en los profesores.

Así, postularon a un proyecto de investigación ANID del cual surgieron dos libros: Experiencias docentes en tiempo de crisis, testimonios desde carreras de Trabajo Social en Chile y Esbozos de una Sociedad Posprofesional, experiencias, subjetividades y quehaceres en movimiento. Reflexiones en tiempos de Covid 19, los que serán presentados el próximo viernes 12 de abril en un Encuentro Internacional del Núcleo de Investigación Sobre las Profesiones de las Sociedades Contemporáneas de nuestra Escuela. La actividad se realizará a partir de las 10 horas en el noveno piso del Edificio Monseñor Gimpert.

Sandra Iturrieta explica el origen de los textos: “Lo que hicimos fue preguntarnos cómo los profesionales que estaban trabajando en intervención directa o indirecta con personas, debieron readaptar el trabajo a la no presencialidad y qué había pasado con ellos en eso, en el sentido que hubo muchísimas acciones que no se pudieron desarrollar como se hacían antes”.

Al respecto, Clément Colin agregó que “está la idea de que cada profesión es productora de un espacio social, de relación, de coproducción en el quehacer, que necesita un espacio material, social y jurídico para existir; pero todo eso, finalmente, se ha ido cuestionado por la pandemia. Porque hay profesiones que se basan en la relación con otros, como quienes realizan intervención social o artistas que necesitan del contacto humano”.

Esta reflexión se dio a través de una red internacional, en la que participaron académicos de España, Francia, Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, China y Corea y abarcó distintas disciplinas además del Trabajo Social, como Sociología, Historia, Filosofía, Arte, Geografía, Ciencias Sociales, Humanidades y Derecho.

Los libros

De esta experiencia surgieron dos libros. El primero de ellos Esbozos de una Sociedad Posprofesional, experiencias, subjetividades y quehaceres en movimiento. Reflexiones en tiempos de Covid 19 (RIL Editores) contiene una serie de artículos que entregan una mirada crítica sobre el futuro de las profesiones. “La literatura dice que las profesiones en el mundo están sufriendo transformaciones súper importantes por el impacto de la tecnología y el contexto de pandemia hace que eso se agudice, se acelere, se exacerba”, destaca Sandra Iturrieta.

Frente a lo anterior hay distintas hipótesis, explica la académica. Una de ellas establece que las profesiones, tal como existen hoy, van a morir, por la democratización de la información a través de la web. “Las personas están adquiriendo conocimiento e información a la que antes solo accedían los profesionales”, advierte Sandra Iturrieta.

El otro punto de vista establece que las profesiones van a subsistir, pero se modificarán sus labores rutinarias y solo se dedicarán a las actividades relacionadas con el pensamiento complejo.

Según Clément Colin se trata de un texto dirigido más a los académicos porque reúne trabajos sobre intervención social y también artística.

El segundo texto es Experiencias docentes en tiempo de crisis, testimonios desde carreras de Trabajo Social en Chile (Ariadna Editores) en que se invitó a los profesores a contar cómo desarrollaron su trabajo durante la pandemia, época en que debieron adaptar sus clases al formato online.

Para Clément Colin dicho volumen se transformó en “un acto político; estamos todos con esta nueva normalidad impuesta. Se habla de la salud mental de los estudiantes, pero los docentes en sí no tienen ningún momento o espacio para pensar en qué pasó. Fueron dos años, durante los cuales estuvimos encerrados, debimos buscar estrategias para adaptar nuestros planes.

En este caso no son textos científicos, sino que más experienciales, que hablan desde la emoción y en ellos cada profesor relata cómo se adaptó al teletrabajo, por lo que además entrega consejos y estrategias didácticas para enfrentar situaciones tan complejas como la enseñanza en una larga cuarentena.

2021
Critical and Radical of the Social Work, Volume 9, Number 1, March 2021, pp. 79-96(18)