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Con técnicas lúdicas investigarán sobre el bienestar subjetivo estudiantil

Profesores Sandra Iturrieta y Clément Colin pusieron en marcha el Fondecyt Regular -el primero que obtiene la Escuela de Trabajo Social- que se extenderá por cuatro años y que incluirá caricaturas y animación digital en sus talleres.

Este semestre comenzó el desarrollo del Proyecto Fondecyt Regular Bienestar subjetivo estudiantil universitario: ideas de futuros perdidos e ideas hauntológicas en contextos de transformación del trabajo humano, obtenido por la académica de nuestra escuela, Sandra Iturrieta y que cuenta con el profesor Clément Colin como coinvestigador.

Uno de los principales valores de este proyecto, y que fue destacado por el jurado, es que utiliza innovadoras estrategias de investigación, que incluyen juegos, caricaturas, animación digital y hasta la confección de caleidoscopios.

Se trata del primer Fondecyt Regular obtenido por la Escuela de Trabajo Social, lo que llena de orgullo a los investigadores. “La gracia no es solo tener financiamiento para hacer una investigación, sino que le da valor a la Escuela. Es un reconocimiento académico, significa un reconocimiento como disciplina, como Escuela; es de alto nivel”, destacó Clément Colin.

“Es mi sueño dorado”, reconoce Sandra Iturrieta quien explica que el proyecto “parte de una hipótesis central de que el malestar emocional y psicológico que viven quienes se están formando hoy en día como profesionales no es una condición generacional ni una condición individual, sino que más bien producto de tres factores”.

El primero de estos factores, según los profesores, tiene que ver con una felicidad estandarizada: “Las sociedades capitalistas neoliberales como la chilena, nos empujan a todas las personas a ser felices de una sola manera: tienes que tener determinados bienes materiales, determinadas relaciones sociales, determinadas formas que están instauradas socialmente para poder ser feliz. Y si no eres feliz, el problema es tuyo”, detalla Iturrieta.

La otra premisa que se aborda en la investigación es que también el éxito se encuentra estandarizado. Quienes se están formando actualmente como profesionales viven el día a día de sus carreras con una idea de éxito que también se enmarca en el sistema neoliberal y tiene que ver con la certeza de hacer todo bien y con ciertos parámetros de notas, de tiempo, de calidad de los trabajos que están determinadas como exitosas desde la Enseñanza Media”.

La tercera idea -que es la más abstracta- es que existen unas hauntologías, ideas de situaciones que no existen, pero que son gravitantes en la actuación de las personas en la actualidad. “Planteamos ahí que esta idea de felicidad y de éxito neoliberales no existen como tales porque es imposible que todos los humanos seamos iguales, que seamos felices y exitosos de la misma manera. Estas ideas hauntológicas son una suerte de fantasma que los estudiantes van persiguiendo y les impiden ver su propia realidad, su propio éxito, su propia emoción”, advierte Sandra Iturrieta. “Interpretan sus realidades en función de estas ideas fantasmas, esas categorías no concuerdan con su realidad”, complementa Colin.

Los investigadores plantean que la felicidad de los estudiantes pasa por tener un trabajo que les permita tener mucho tiempo libre; que les dé flexibilidad y les permita cambiarse cuando quieran. “Eso se convierte en una idea hauntológica porque el mercado así lo dice. Dice que puedes ser el nodo de una red, por lo tanto, puedes trabajar, tener tu casa, cambiarte de trabajo cuando tú quieras y vas a tener una alta rentabilidad. Pero la realidad no es esa. Los chiquillos egresan y se encuentran en otro contexto”, advierte Sandra Iturrieta.

A estas variables además se suman las relaciones humanas. “En la sociedad neoliberal tienes que tener un éxito relacional en términos de las amistades, de la pareja, de tus pares. Un estudiante que se lleva mal con una profesora, un estudiante que se divorcia o separa de su pareja; un estudiante que no tiene tantas habilidades comunicacionales para tener relaciones fluidas con sus pares, empieza a deprimirse, a angustiarse”, señala Iturrieta.

Técnicas lúdicas

En este proyecto además participan profesores de otras casas de estudios del país, como Paola Marchant de la Pontificia Universidad Católica, Carlos Andrade de la Universidad de Chile, Raúl Hozven de la Universidad de Valparaíso; Cristina González de la Universidad de Atacama y Patricia Carrasco de la Universidad de Aysén.

Durante este primer año se realizarán talleres con universitarios de Valparaíso, Concepción, Santiago y Aysén. Sandra Iturrieta comenta que “en esos encuentros les pediremos que nos hablen de las ideas de futuro que tienen y para lograr que se explayen vamos a contratar un dibujante y él hará caricaturas de las distintas edades humanas: un joven, una persona adulta media, adulta mayor y profesionales. En base a esos dibujos vamos a hacer tests proyectivos, que originalmente se utilizan en psicología, pero nosotros los usaremos para recolectar datos”.

La idea es que, al ver esos dibujos, los estudiantes hablen sobre los miedos de esas personas, su felicidad e incerteza. El primer año terminará con la caracterización de las ideas de éxito, felicidad, incertidumbre que permean la cotidianidad de los estudiantes y con eso los investigadores podrán determinar cuáles son estos fantasmas que los persiguen.

El segundo año el plan es clasificar los tipos de futuro que están presentes en los relatos de los estudiantes. De acuerdo a la literatura hay de distintos tipos: futuros perdidos, cancelados, creados. “Por un lado vamos a poner esas categorías y por otro las ideas que recogimos de los jóvenes. Una persona construirá unos caleidoscopios y haremos talleres donde los estudiantes van a jugar al caleidoscopio y nos van a ir relatando por qué vinculan esa idea con esta otra, de tal manera que nos permita ir caracterizando las ideas de futuro”, señala Sandra Iturrieta.

Luego, en el tercer año se construirán cápsulas con animaciones digitales. La profesora Iturrieta adelanta que “trabajaremos con un equipo de personas que convierten los resultados de investigación en animaciones digitales, microrrelatos. Vamos a trabajar con los grupos en los guiones de estos microrrelatos”.

Finalmente, el cuarto año será para difundir esas animaciones digitales y las propuestas que surjan sobre formación profesional para intervenir en estas ideas de futuros distópicos, los tipos de felicidad y tipos de éxito.

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