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María Soledad Quintana Villar: “Desde la primera sesión de la Comisión CAHVDA, percibí que algo tan importante para la Universidad, como es la buena convivencia, está en excelentes manos”
POR CONSTANZA CÁRDENAS, PERIODISTA COMISIÓN CAHVDA PUCV
Hace algunas semanas se incorporó a la Comisión CAHVDA, la académica de la Escuela de Trabajo Social, María Soledad Quintana Villar, destacada Licenciada en Ciencias Jurídicas, Licenciada en Filosofía y profesora de Filosofía y Castellano de la PUCV.
Su amplia formación, en distintas disciplinas, le brindaron una visión única al abordar las normas desde diversas perspectivas, constituyendo uno de sus principales aportes como autora del libro «Derecho de Familia», que ya va en su tercera edición y que hoy es un instrumento imprescindible para estudiantes, pero también para abogados, psicólogos y trabajadores sociales que trabajan en el ámbito familiar.
Conversamos con ella para conocer sus motivaciones como escritora y docente, así como también sus primeras impresiones y expectativas al incorporarse a la Comisión.
El libro ‘Derecho de Familia’ ha sido todo un éxito, tanto así, que ya se está preparando una cuarta edición ¿Nos podría contar cómo nace esta idea?
Mis estudiantes me lo pedían, porque todos los años yo les entregaba como material los apuntes de clase. Cuando yo trabajaba en la Facultad de Derecho eran muy valorados e incluso me comentaron que se comercializaban en otras universidades, porque los estudiantes se preparaban para el examen de grado con ellos.
Con la motivación de mis estudiantes y un par de colegas, decidí intentarlo. En paralelo me ofrecieron trabajo en lo que ese tiempo era la Escuela de Servicio Social y me encantó la idea. Los alumnos eran muy estimulantes, para ellos el Derecho era algo absolutamente nuevo, entonces hacían preguntas que obligaban a estudiar la norma desde otras perspectivas.
Me parece que mis profesiones anteriores me ayudaron a enfrentar el Derecho desde un punto de vista más amplio y accesible y, aunque no me lo esperaba, al libro le fue muy bien. Cada nueva edición es un desafío porque el Derecho de familia es la rama del Derecho más viva y mutable, entonces, en verdad, es un nuevo libro, no una mera reimpresión, ya que siempre hay que incorporar modificaciones y leyes, doctrina y jurisprudencia reciente.
El libro dice que denuncia deficiencias y propone soluciones ¿cómo cree que podría evolucionar la normativa vigente para entregar mayores garantías y protección?
En cada edición, yo realizo un análisis crítico y propongo modificaciones, porque hay leyes que son verdaderamente muy defectuosas; por ejemplo, el Acuerdo de Unión Civil que si bien, presenta aciertos, también desaciertos importantes, como el hecho que se puede terminar de manera unilateral con una facilidad tal que llega a ser inmoral.
Si una persona se dedicó al cuidado del hogar y de los hijos, y por esa razón no tuvo un trabajo remunerado, solo tendrá un plazo de seis meses para presentar una demanda de compensación económica. Entonces, como basta que uno de los convivientes civiles ponga fin al acuerdo, el otro podría perder la oportunidad de exigir este derecho, pues existe la posibilidad de que no sea notificado al respecto.
Este es solo un ejemplo. En cada edición yo he denunciado las falencias que descubro, no me canso de hacerlo. Hay que señalar, de todas maneras, que algunas normas son dignas de elogio.
Una de ellas es la que declaró la igualdad de todos los hijos ante la ley; antes había diferentes clases de hijos, dependiendo de si hubo o no matrimonio entre los padres. Aquel hijo cuyos padres no se habían casado -hijo llamado natural si había reconocimiento de uno o de ambos progenitores- llevaba la mitad de la porción hereditaria del hijo denominado legítimo. Por otra parte, si un hijo natural no recibía alimentos de parte de los padres o no recibía suficiente alimento, no podía demandar a los abuelos.
Otra, la ley que regula el cuidado personal y la relación directa y regular cuando sus padres viven separados. Ambas son merecedoras de aplauso.
En la tercera edición incorpora el tema de la ley de identidad de género ¿Cómo nos deja ante otros países?
Realicé un análisis comparativo con la legislación argentina. Me parece que es bastante más prudente, la ley chilena. En nuestro país, solamente se puede realizar el cambio de sexo y nombre registral a partir de los 14 años. Me preocupa, sí, que basta que uno de los padres esté de acuerdo, sin importar el disenso del otro, aunque exponga muy sólidos argumentos.
Ni en Chile ni en Argentina se exigen operaciones, ni intervenciones hormonales, lo que me parece adecuado porque cabe el arrepentimiento. Se ha comprobado que hay personas que quieren volver a su sexo primitivo y es conveniente que exista esa alternativa.
Sobre su llegada a la Comisión CAHVDA ¿Cuáles son sus expectativas? ¿Cómo han sido estas primeras sesiones?
Cuando me lo propuso el Rector, me sentí honrada, así también, cuando el Secretario General me comunicó la aprobación unánime de mi designación por parte del Consejo Superior. Enseguida, empecé a interiorizarme de las funciones de la Comisión, pareciéndome una instancia óptima para velar por la sana convivencia dentro de la Universidad.
Por su parte, tanto la Secretaria Ejecutiva como los integrantes me brindaron una excelente impresión, siendo evidente su compromiso por cautelar el cabal cumplimiento de los objetivos de la Comisión.
Considero que el hecho de que ella exista, de que se sepa que hay un ente al que recurrir si se está sufriendo una situación de acoso u hostigamiento, obra como freno para las inconductas. Además, me parecieron idóneos los canales que tiene para derivar, para solucionar del mejor modo los conflictos.
Yo soy profesora antes que nada y me parece que, dada mi trayectoria, tengo mucho que aportar. Me interesa sobremanera el bienestar de los estudiantes y que su convivencia sea la mejor posible. Por último, me gustaría reiterar que me siento muy honrada y feliz de integrar la Comisión.